Te quiero levemente,
azul que me confundes,
que eres silencio
y tempestad.
Te quiero dulce,
beso al viento,
palabra el aire,
tacto ausente.
Te quiero en las tardes
y en las mañanas,
cuando te pienso
y apareces repentinamente.
Te quiero suavemente,
como una raíz que lento crece,
y que me alimenta tranquilamente,
a pesar de la brevedad.
Eso es lo que me permites querer.