Hace tiempo que estamos distanciados.
¿Tienes una lógica respuesta a tu actitud?
Estoy seguro que volverás a mí.
Tu actitud de evasivas.
Tus silencios.
Tus eternos viajes.
Esos viajes por los cuales dices
que darías tu vida al no poder realizarlos.
Y yo daría parte de mi vida,
para que puedas volver
a compartir conmigo,
todo lo que compartimos.
Nuestra discusión fue por lo de siempre.
Siempre por el mismo motivo.
Tus viajes y alejamiento.
Te vas... y me dejas.
Tu distancia y tus ilógicas actitudes.
Tu partida y tu falta de comunicación.
Claro, para tí primero el teatro.
Y yo tengo que ser secundario
en tu sentir y en tu vida.
No poder acompañarte es
mi tragedia. No puedo conseguir
trabajo en cada lugar
que viajas.
El teatro... la actuación...
Quisiste que me convirtiese en actor,
para que me integrara a tu elenco.
No puedo ser actor. Tú lo sabes.
Para serlo, debería tener talento
como lo tienes tú.
No tengo talento de interpretación.
Mi talento solo es el de amarte.
El de saber esperarte.
Tu fama de actriz va in crescendo...
y mi corazón crece en los sentimientos
que tengo hacia tí.
Porque te amo locamente.
Me dices que también tú
me amas. Pero me dejas solo.
Primero, tus obras teatrales,
y yo siempre en segundo término.
¿Pretendes que me canse?
No, nunca. Mi amor es tan inmenso...
que tengo que resignarme
a tus distancias y a tus actitudes.
Pero en lo posible, trata, aunque
sea desde lejos, de tener un poco
más de tiempo para dedicarme.
Tus obras, tus silencios, tus distancias...
Si yo pudiese tener aunque fuese un poco
de tu talento, podríamos estar
siempre juntos... pero no,
no nací para representar.
No soy un destinado de la interpretación.
Me apena. Solo soy un humilde
vendedor de rifas y un cobrador
de sanatorios.
Hace poco me dijiste
que yo estaba celoso de tu profesión.
No es así. Estoy orgulloso
por el talento que tienes.
Pero reconozco que soy un poco egoísta.
Que deseo seas solo mía.
Y sin embargo, perteneces
a ese inmenso público que te adora.
Que te aplaude. Que te ovaciona.
Soy el marido de...
De una estrella de teatro.
UNA DIVA TEATRAL.
Y cuando tengo la posibilidad
de estar presente en algunas
de tus representaciones,
estoy allí, entre el público,
siendo uno más, entre tantos
que de píe te aplaude.
Eres única. Me siento feliz de ser
quien soy tuyo. Tu esposo.
Pero me siento muy solo
cuando tú te vas.
Todos los derechos reservados del autor ( Hugo Emilio Ocanto- 17/09/2012)