(I)
Tu sonrisa de azucena
se redime en la distancia...
de esperanza desgastada
entre acordes te me anuncias,
y es de escarcha desligada
la gardenia de su labio...
desnudada mansamente
en la ausencia de su rostro.
(II)
Las auroras se desgarran
en la copa de sus días...
de cristal pardo-amarillo
mil arpégios aún se engastan,
y en la lluvia reclinada...
del diamante de su boca,
mil otoños se licitan...
a la luz de la alborada.