Quisiera escucharte diciendo \"lo siento\", detrás de un árbol del cual brotan cien manzanas.
Mi anhelo se esconde en una burbuja delirante, carente de tiempo y simpleza.
Alcanzar tu mano y entrelazarla a la mía, vivir juntos aquel otoño de vidas pasadas
Pero has partido hacia tierras etéreas, dejando un rastro de hojas nostálgicas
Aún no entiendo el sentido de esta boca inspirada, ardiente y cerrada
Que no necesita de yugos gélidos ni de palmas de apego
Más bien quiere, buscar en lo incierto, la sólida promesa de la serenidad
Y quizás sobre montañas, tu luz se vislumbre como eterno porvenir
Fumo la esencia de mi nebulosa existencia, carcomida por los matices de la banalidad
Mientras tu rostro delirante aparece en mi semblante, roído por las luces de la intemperie
¡Que emerja pronto, esa silente fogata! Que renazca el fénix, de tan cruel destino...
Y mis pies se acoplan a tu gentil caminar, acompoñandote tu silueta hacia un lugar sin límites...