En la nostalgia lúgubre de mi vida
Siempre apareces como esa esperanza
Que fue sólo lejana y fatua andanza
De una vana promesa no cumplida;
Siempre estás en mi errante alma perdida
y siempre hallo a tu lado la confianza
De compartir desde esta lontananza
La obsesión con que vivo y no se olvida;
Hoy que revivo plácidos momentos,
Que resurges intensa hecha suspiro,
Convierto éstos, mis vívidos lamentos,
En mi razón de vida, de respiro,
Y me siento seguro, entre los vientos,
Que me llevan a ti en dulce delirio…