La verdad del amor se va notando
cuando sientes las dulces sensaciones
que parecen del vals los diapasones
y tu calma la vienen socavando.
En su místico arpegio de sonata
se entretejen delirios y pasiones,
que nos llenan de tiernas ilusiones
cual un canto de hermosa serenata.
Su magnífico y regio pentagrama
tiene allegros de mágicos violines,
que los pulsan divinos serafines
y despiertan de sueños bella gama.
Muchas veces es linda tarantela
que nos rompe del alma los dinteles,
y semejan su ritmo los tropeles
de gitana bailando cual gacela.
El compás de su luz es como puerto
con cadencia de suaves barcarolas,
y nos cubren de espuma con las olas
de su armónico acorde de concierto.
Como tango que arroba sentimientos
el amor es con pianos y violines,
y con ellos transporta a los confines
corazones ansiosos y sedientos.
¡El amor! ¡El amor es melodía
de las obras de Verdi y de Chopín,
es eterno y precioso querubín
que le ofrece a la vida sinfonía!
Autor: Aníbal Rodríguez.