Los mismos sueños en espera
Cada vuelo de esas mariposas
y de aquellas golondrinas azules
que llegaban en austeras visitas
de temperadas tardes
sobrevolando vigilantes
el caminar sin término
de la seguidilla de hormigas
que consumían caminos
tan distintos y tan largos
que los hacían infinitos
como los mismos sueños
que permanecerían en espera
en algún lugar de esa seguidilla
de pasos y caminos.
Las libélulas y golondrinas de la tarde
danzaban ondulantes los esteros,
gozando sus cielos
y sus inconclusos círculos
que permitían gravar
los colores del ilimitado paisaje
que ya se iba escondiendo
de la luz y la necesaria verdad
de descubrir y pintar
los versos escondidos.
Había que seguir camino
adentrándose en el transitar de la vida
que inconmovible sigue su curso
y sus sorpresas…arrimándose,
tantas veces
a puertos desconocidos
como un velero errante
que no detiene su navegar
de vagabundo…
Solo soñando nuevos sueños
aparecidos sin buscarlos
como acogiendo
las imprevistas aguas
que corren sonrientes estero abajo
abrazando la lluvia
que desgrana
sus gotas nuevas
dispuestas a aprender
nuevas lecciones
solo con la premura de acoger
la nueva voz
del paso tiempo…
Hacer de pasajero improvisado
correr por calles nuevas
desconocidas
saltar olvidos
y guardar las penas
hicieron crecer cultivos
que fueron germinando
y madurando ideas
y formas…