Qué agradable es esa gente
que al tratar de dar consejo
todo aplica a los demás,
nada deja para sí;
es incongrua en sus equívocos
y no acepta su egoísmo;
es, cual dice la paremia
—con un cambio de palabras,
por aquello de la métrica
y del ritmo de los versos—,
un candil de vía pública,
de su casa obscuridad;
ve viruta en ojo ajeno
sin mirar la grande viga
que le obstruye su visión
(el mensaje es de Jesús,
solo mía la paráfrasis).
FZ
Tuesday, August 21, 2018