Cuando niña te imaginaba
dulce sosiego
sueño imperecedero
taciturno instante
que dura una eternidad.
Hoy, eres realidad apabullante,
abrumas mi alma
desconcierto inexplicable
sórdido romance
del que quiero escapar.
Sombra, sólo sombra
oprimente,
tétrica armadura
condena perpetua
triste soledad.