¡¡Uff, perdonar!!!, como si fuese tan fácil. No me creo a los que dicen tan fácilmente que saben perdonar. Lo único que puedo decir al respecto es que sí he pedido perdón muchas veces.
No sé si se lleva en los genes, pero cuando hay algo que no me gusta y me lastima, lo olvido con una facilidad pasmosa, lo mismo que mi padre, por eso digo lo de los genes. Pero en realidad no creo que eso sea perdonar, más bien lo considero como un mecanismo de defensa propio para ir tirando. Así que no sé si tengo la capacidad de perdonar. Lo que sí puedo asegurar es que debido a esa capacidad de olvido para las cosas que me duelen, no me considero rencorosa , aunque como mi supuesto NO rencor esta basado en el olvido, tampoco sé si se puede considerar tal.
Confieso abiertamente que si ese don, el de perdonar, me fuese concedido, jamás lo concedería a una determinada persona que conocí en su día. Pero como dudo que ese don lo posea, me quedo con las ganas de negarle el perdón.
Perdón, no perdón... Que queréis que os diga... Simplemente que perdone o no perdone el que quiera y sepa, yo me limito a olvidar... y para eso no siempre me es posible.