No son malos de maldad.
Son malos de mediocridad.
Y no se porqué lo son.
Si en ellos hay estrellas
Cuando hablo de tus ojos.
Hay música de cielo
Cuando me acercas tu voz.
Mis versos son manantiales
Con burbujas de diamantes
Cuando me dices, te quiero.
Horizontes de esperanza
Si pensamos en futuros.
Arroyuelos cimbreantes
Que juegan entre sauzales
Cuando tomo tu cintura.
Y en tu boca, cuando están
Oh, mis versos en tu boca.
No hay pedazo de gloria
Que no se haya anidado
Entre tus labios divinos.
Mis versos te recorren
Como a caminos calientes.
En tus cabellos se enredan
Los misterios encrespados
Que aún no he acariciado.
Mis versos no son tan malos
Porque el parir algún verso
Es dar vida al universo.
Así como tu mirada
Me hace vivir si me miras.
Si tomados de la mano
Pisamos la grama fresca.
Si como niños traviesos
A veces nos revolcamos
En la estrofa de mi verso.
Te amo, mi reina, te amo
Pero no se dónde estás
No se quién eres
Ni cuando vendrás a mí
Solo se que existes en mis versos.
Mis versos no son tan malos
Mi corazón está en ellos.
Si son mediocres lo son
Porque están deshabitados
Esperándote… mi amor.