Cuando más poseemos,
más arde nuestro pecho
y más se consume.
Lucrecio
Mujeres de Bizancio:
Bellas, piadosas y putas como ninguna.
Vuestras alegres costumbres aplastaron fácilmente
las duras expediciones de los ilusos Cruzados.
Quién hubiera sido soldado
en aquellos tenebrosos tiempos
y haber gozado vuestros vicios deleitosos
como niño con su cascabel.
Putas de Bizancio:
Merecéis nuestra añoranza permanente
y unas cuantas masturbaciones
evocando vuestros tibios y torneados muslos
impregnados cada día con exquisitos ungüentos,
completamente novedosos
para esta tosca nariz Occidental.