Atravieso una tierra de nadie
llanura de ululante tímpano
donde se forjan los susurros
que acarician al exhausto señor del aire
así bosteza la noche contagiosa
cuya desembocadura de gris perla
sugiere una lenta agonía de incienso
del mar atareado en sus propias raíces
cuando todo finalice
no me pidas regresar
al limbo del autorretrato
dejádme colgado en la eternidad
de un trávelin suicida
bajo la tutela del tercer ojo