Ella existió primero
en la mente del Creador;
quien la formó con esmero,
con ternura y con amor.
La vistió de fortaleza
y la ciñó de valor,
puso en ella riqueza
y mujer El la llamó.
Ella es un ser sin igual,
lleno de sabiduría,
con corazón maternal
que desborda alegría.
Ella aleja la pobreza
y espanta la amargura,
cambiando así la tristeza
en mieles de dulzura.
Es ser que pinta su sangre
de un dulce y blanco color
y sacia con ella el hambre
desde su seno de amor.
Ella es hombro que sostiene,
regazo que da descanso,
fuente donde Amor bebes,
mano que seca el llanto.
En sus brazos nos arrulla
y en sus ojos nos retrata.
Con sus labios nos susurra
cuanto nos quiere y nos ama.
Esta mujer que da todo
sin esperar nunca nada:
es más preciosa que el oro,
es más hermosa que el alba.
Ella es virtud y esperanza,
fortaleza que resguarda.
Rostro que da confianza,
canción de paz para el alma.
Ella es regalo del cielo,
mujer que no teme a nada.
flor que adorna este suelo,
madre bendita y amada.
Por: Mima Figueroa.