Mata un desdén lo harto enceguecido.
De la última resolución de tu imagen
el hálito inconfundible de la derrota.
A tientas busco tu imagen precisa,
y de estruendo tropiezo con mi forzoso desvarío.
Me veo naufragar cada noche
en una isla vivaz,
de palmas taciturnas,
y morenas costas
mordidas por el ávido navío.
La sinrazón del anhelo devela
la razón del alivio.
Entonces,
habiendo definido los estribos de mi realidad
el camino se reduce al fin a tus menores pasos
y sufro cada uno
a razón de este amor insensato,
me hallo en busca de tu imagen precisa
y vuelvo a perderme en mis divagaciones.
Te quiero al fin,
y te voy a padecer
cada momento de tu existencia...
Hasta el olvido.