Y vamos sembrando el amor
por los callejones del aire
en el blanco campo de una cuartilla
allí esparcimos la humilde semilla
esa que brota del corazón
y regamos cada día
con penas, risas y con alguna ilusión
sacada del fondo del alma
con paciencia aguardamos
la hermosa cosecha , esperamos
la hora de la siega, eso sí, si no nos cansamos...
Y voy soñando, como cada día
con inmensos trigáles en flor
mecidos con vientos de esperanza
y tostados por el cálido sol
con un trozo de amor en cada mano
como aquel buen samaritano
sacar las espinas, curar el dolor
y ya cansa hasta la mirada
en ese espejo del corazón
miro al frente, sobra la palabra
a lo lejos se ve el blanco rastrojo
como miel en los labios, se desgája...
Un ramillete de luz que parpadea
antaño era camino de soles
con mi pluma abro una vereda
y allí voy sembrando caracolas
rompo y grito hasta las olas
de ese engranaje del pensamiento
que es cuna, del dolor y el sufrimiento
mañana será otro día, quizás mejor
o peor, solo Dios lo sabe
¡Déjame al menos la esperanza !...
He aprendido a quererte mucho
a base de sueños, desterré el olvido
vivo cautivo en tu mazmorra
para ser tu esclavo yo he nacido
y nunca me canso de contemplarte
eres la rosa que yo he escogido
el amor nunca llega tarde
en el corazón cansado hace nido...
Hoy desparramo las palabras
huéle el silencio a hierro derretido
vivencias que recuerda el alma
de aquellos tiempos que se han ido
esa noria que nunca para
sacando agua del olvido...
Y seguimos sembrando amores cada día
humildes labradores de sentimientos
llenamos la copa casi vacía
y mecemos la pálva contra el viento
en el recodo de aquel viejo camino
que tantas veces me ha visto pasar
solo y triste cual peregrino...
Dejo la pluma descansar
a la sombra de un viejo olivo
bebo vino añejo y agua en botijo
como acariciando el paladar
entre la tierra y el cielo, cautivo...
Allí donde el alma descansa...