En el mar de prejuicios, busco aprobación
Me ofrezco como carne al mejor postor
Lleno mi vanidad para hoy poder dormir
Los importantes en la misma están.
Que buscamos, sino complacer a los demás
Agotadora la tregua por encajar, por parecer
Mientras al ser lo dejo en sus qué haceres
Imagen solidad de un complejo compartido.
No soy lo que esperan, menos lo que buscan
No son lo que busco, menos lo que espero
A que debemos el juego de las máscaras
Somos mascotas de colores y de letras.
Brillo con las cosas que otros brillan
Renunció a elegir, como todos renuncian
No sé si busco, me buscan, o los busco
Tan grande el mercado de renunciados.
Con cada espejismo de mi persona
Ven en mí el oasis, que todos ofrecen
Dónde está mi desierto, mis llanuras
La caverna inexplorada de mis sueños.
Nos perdemos tantas andanzas
Por el furor de parecernos entre sí
Vestimos las mismas letras del mismo color
Por parecernos al que se parece al bien parecido.
Dejamos de buscar, ahora reflejamos
¡Y no reflejamos la luz interna, no es así!
Espejos de los renunciados por parecer
Ya no vemos diferentes solo mismos.
Aprendimos hacer gente entre la gente
Aprendimos a renunciar por parecer
Aprendimos los colores y las letras
Aprendimos reflejar los reflejos.
Si es así, dejemos de aprender
Comenzamos a olvidar, renunciemos al oasis
Divaguemos por desiertos, llanuras y cavernas
Vivamos desnudos libres de parecer.
Seamos oscuridad,
Perdamos el brillo ajeno
Si vamos al mercado ofrezcamos algo nuevo
Compañía, consejo, cobijo o tiempo...
-David Berts