Como una semilla pendular
entre bambalinas
tu frondosa memoria del subsuelo
se transforma
ha comenzado a seguir el periplo nupcial del sol
el abismo que nos aislaba de la escuela del alma
subyace ahora cristalino
en su lógica abstracta
tu rostro tótem
que todavía muestra rastros de locura
poseedor de aludes
se ancla a la noche revelada por sí misma
tiznándolo todo suavemente
con su clarividente luz de sangre
allí recogida para cabalgar a latigazos
de furiosas mariposas
llenas de presagios desprendidos
a mordiscos
posesos de ventisca