Vicente Martín Martín

Nada ocurre al azar

Nada ocurre al azar por más que hayamos

confiado al azar nuestro destino

y hablemos de accidente,

albur,

fortuna

o digamos que el mundo es una caja insondable de sorpresas.

Todo tiene un porqué y cuanto ocurre

es siempre para bien,

no sólo el sol,

el agua,

las montañas,

sino incluso el dolor que da sentido a ese hallazgo secreto que es la vida

o ese beso que avisa del final de un idilio

y es señal de traición.

Siempre hay una razón para sentirte dichoso

-una brizna de hierba o es estrépito

de una bala en la noche

también tienen su magia-,

 la muerte, por ejemplo, el gran misterio,

es parte de la vida, va en la vida,

y si existen las sombras las produce la luz

y ambas, muerte y sombras,

vienen del mimo origen y atesoran

la misma eternidad.