¿Qué me está pasando Dios mío?
Que pierdo el equilibrio, de la verdad
Y amo sin tener que amar, el dominio
Que me arrastra hacia la oscuridad…
Dicen que el amor es libre y no es verdad
Pues en esos campos, se disuelve mi amar
Y voy en contra del viento hacia la ciudad
Creyendo que soy alguien y solo se pecar…
Por desear lo que jamás será mío,
Aparte de que el seso, no me funciona
Y me refiero al de abajo, que está dormido,
Pero mi cerebro se alimenta del soñar…
Halagos que digo al viento, de mí respirar
Me conformo con una sonrisa
Y ni en eso le regalan, a mi soñar
Los días pasan muy de prisa…
Y veo muy cercano el día de mi final
Pues para que vivir en vano,
Sin disfrutar del dulce de mi eral,
Campo fúnebre lleno de pino…
Haciendo sombra a los panteones,
Pirámides de faraones, en la antigüedad
Lo que ahora son nichos en condiciones,
Dios mío llévame contigo, a tu ciudad…
Al paraíso terrenal, o al infierno mortal
Ya me da igual el sito que me dejen ocupar,
Cuando hulla de la tierra hacia la eternidad,
Con el llanto de mis delirios, sin depurar.
¡Siento dejar en este folio, amargura muerte y deseos de irme al más allá, pero sé que nadie me quiere y deseo vivir en paz!
Modesto Ruiz Martínez / jueves, 17 de junio de 2010