Ayer consumaste el fuego que ardia
bajaste a la cueva de su sabiduría
Grite en silencio,
nadie me oía
tan solo viajaban en mi rostro
lágrimas de melancolía.
Te fuiste sin irte
y mi corazón latia
Fui tuya aquellos días,
en mis recuerdos perduran
No vengas de nuevo,
por favor no sigas
me duele el verlo
y mi mente me chirría.
Sin apego cielo... sin apego
Lo amas de verdad
y lo dejas partir
aunque el corazón
se haga pedazos
y en tu alma eternamente
no se vea que en la noche...
sigues esperando su roce.
©Carmen Calabuig