El día que yo te tenga
firmemente entre mis brazos,
te susurraré al oÍdo,
te haré el amor muy despacio.
Acariciaré tu cuerpo
tan bellamente desnudo,
y a poco de recorrerlo
seremos tan sólo uno.
Despertaré tus sentidos,
esos que llevas guardados,
profundamente dormidos
hasta llegar a extasiarlos.
Sentirás pequeña mÍa
un sin fin de sensaciones,
las que quizá no sabias
poseer tal emociones.
Tu sangre será mi sangre
hirviendo por la pasión,
con el deseo implacable
por culminar este amor.
El día que yo te tenga
será tu alma tan mÍa,
que no querrás alejarte
jamás núnca vida mÍa.
El día que yo te tenga
también a mi me tendrás,
y sobrarán las palabras,
nuestros ojos bastarán.
El día que nos tengamos
seremos llama encendida,
y nada podrá apagarnos...
ya lo verás vida mÍa !
Luis A. Prieto
8 de agosto de 2006