Tu arquitectura no es aire de perla
ni rostro que jamás diga es infinito,
pues el viento que es ladrón sin delito
te pasa factura aunque pudieras cogerla.
La rosa se marchita en olas de armonía
y con el tiempo, el gusano a la beldad líquida:
es como cometa al viento que se suicida,
es como los ojos testigos de su umbría.
Cuando está viva es palabra de lindeza,
ya sea mujer,hombre,flor...no una alternativa
de larga estela de un universo divino.
Cuando está muerta ya está arriba,
en la oscuridad, alimento del Destino:
recuerdo sombrío de la fábrica de Pureza.
PD: LA ROSA SOMOS TODOS.