He salido, a respirar el atardecer
el día, se va detrás del sol
sin despedidas, como si nada hubiese pasado
como si todo este tiempo
haya sido inevitable
inevitable.
Quisiera correr, tras la luz
no dejarme atrapar por la noche
arrojarme tras el horizonte en llamas
y extraviarme
en el vacío inmenso de la ausencia.
Pero estás vos
llamándome ajena de mi
como si fueses un diapasón
inevitable
preciso en el vibrar
......
me nombras
una vez más.
Regreso sobre mis pasos
llegando a vos
tus ojos se confunden con los míos
dejo atrás tus fragantes cabellos
y la noche
dueña de las sombras
inevitable
enfría la vida.