Y entre cientos de discursos que flotan a mi alrededor mi voz se pronuncia más afanosa que ayer.
Palabras que me invitan a hacer el bien, otras el mal.
Pero mi mente se libera de los estereotipos.
Vuela libremente refugiándose en la persona que realmente quiero ser.
Y cuando todos los ojos están sobre mi soy la extravagante, la liberal, la loca, la mala
Y otras veces cuando me encuentro invisible soy la profunda, la tierna, la poeta, la que sueña…
Sin embargo, entre todo no hay engaños ni doble cara.
Simplemente amor propio.
Yo solo quiero perder el rumbo y volverlo a encontrar.
Caer y levantarme.
Amar y odiar con intensidad.
Hablar por fin todas aquellas palabras que quedaron atoradas en mi garganta durante años.
Porque puedo ser tan feliz hasta el grado de ignorar por completo los insultos, los piropos, los chismes, las admiraciones.
Si me ves linda o fea, gorda o flaca, sencilla o creída, feliz o depresiva, fulana o reservada.
Soy cada versión que me convenga.
Y puedo gritar.
Quitarme la vergüenza
Importarme un carajo la opinión pública
Ser yo misma al fin.