Me quede enredado entre las argucias del amor
su almíbar desquicio el paladar de los sueños de mi alma
quise atrapar la libélula con la gasa de mi poesía
pero murió en el dintel del arco de sus ojos.
Ha crecido un enorme muro. Lo ves, lo ves, esta allí.
Situado a la orilla de tu camino, cercando tu talle
desmadejando tu rosal que luce marchito y mustio.
Ahora eres la sombra que se posa en mi camino.
Ayer caminaba serpenteante, borracho de lujuria
me había bebido dos toneles de licor barato
quería echarte en cara que te quería.
Que empezaba a quererte de la forma
que querías que te quisiera, pero vez: quería,
no es lo mismo que querer, por eso aunque
quisiera ya no te puedo querer.
No es orgullo es solo definición
trato de ser consecuente y no obsecuente.
Si quieres andar por la vida de trapo viejo
apañando lágrimas que no son tuyas
vive a la espalda del amor de una mujer
que le gusta hacer de las suyas.
Si por quererte sobra
que me quieras o me ames,
eso lo decidirá tu corazón.
No estoy para poner en ti razón;
tampoco se querer de la manera
idílica que los poetas aman a su musa.
Prefiero ser visceral y lúdico
antes que un maniquí de comedia.
El amor a tres actos teatrales:
Romántico: Donde cambiamos las sábanas
blancas por periódicos de tintas oscuras.
Subjetivo: Donde te raptó y te llevó
a mis aposentos para llenarte de besos cálidos.
Práctico: Donde te hago mi mujer
y me amas por derecho de posesión.
Es posible que nada sea tus sueños
pero es lo mas cercano a la realidad.
Si alguna vez quieres soñar te bajaré la luna
y deshilachare su vestido de novia
de luces y escarchas que el sol tejió para ella.