Vaivén de un susurro hecho
pluma bailarina sobre
el cuerpo de mi almohada.
¡¡¡Bocanada!!!
Hurto de aire, de vida
y propósito.
Ojos que rebotan revueltos
en cuencas de ambar.
Atavíos mal encarados
y pasos que siguen el ritmo
de cronos en una muñeca asoleada.
Algarabía sin forma que
desentona invisible en la
piel de monstruos metálicos
y masas de concreto que extienden sus
puños al cielo. Ya erosión. Ya muerte.
Y avanza la saeta del tiempo.
Golpea, rasga y se estrella
en el espejo húmedo que cubre
una faz fruncida.
Mano sobre y mano, que
se envuelve y desenvuelve.
Que brinca y corre.
Se oculta sin uñas bajo los dientes.
Catársis en la mazmorra.
Frente a una lámina ennegrecida
que perdió el rostro.
Octavio Márquez