El amor es un espejismo,
Donde las miradas viajeras
Vagan bajo la lluvia sonora
De las notas de un violín.
Las miradas también sonríen
Llenas de incertidumbre,
Al escuchar los misteriosos
Ecos de la montaña.
En la dulce irradiación del amor.
Las sensaciones que brotan de la música,
Se pintan con los colores del Arco Iris.
Bajo los acordes de la Sinfonía Universal.
El amor que tenía guardado
Se encontraba en la bola de cristal,
De la vidente que escudriña
Todos los misterios reunidos.
Ella me dijo
Que mi destino
estaba en al mar
que tenía que esperar.
En medio de los matices del azul
Encontré una hermosa sirena
Que me ofreció su amor y su ternura
Y al fin y después de tanto buscarla
encontré mi amor, la paz y la armonía.
Antonio Encinas Carranza