Me dijeron que sólo era una piedra,
mas la besé con fe y de ella manó agua.
Me advirtieron que me abocaba en un desierto sin límites
mas descubrí una inmensa y soleada playa.
Me criticaron porque confié en desconocidos
pero de ellos surgieron los mejores amigos.
Me llamaron visionaria, pero la locura me llevó a ver la luz.
Me tacharon de impía, por creer en dioses diferentes.
Me acusaron de falsa
porque mi verdad no era la misma que la suya,
de ser el problema, cuando buscaba soluciones,
de cobarde por desertar de lo que era su guerra,
de temeraria por no temer a sus fantasmas,
de manipuladora por no dejarme manipular.
En mi ya largo camino he aprendido que la confianza florece
y la paciencia fructifica
que la piedad cura y el amor restaña todas la heridas
que sólo aquello que compartimos
será realmente nuestro.
Cuando llegue al final del sendero,
la pradera será más verde, el agua más cristalina,
los frutos más jugosos,
si tras mis huellas han brotado las flores
y ha crecido la hierba.
Entonces, quizás comprenda, que la verdadera meta
está en el propio camino.
DEL LIBRO \"JARDINES DESCOLGADOS\"