(I)
LA ROSA QUE NO CESA...
Quisiera morir
tranquilo...
en una primavera
de plata y oro,
entre otoños
deslucidos...
no se anuncia mi retorno,
pues todo un universo
desaconstumbrado...
se licita brevemente,
en la esfera desbocada...
desnudada mansamente
por lo impuro de su rostro.
(II)
ROSA SIN ARISTAS...
Mi alma de belleza palidece...
desnudada en el lago de las rosas,
deshojada en la lluvia sin medida...
se enardece en la fuente de sus horas,
entre espinos desgastados languidece...
desgarrada por la arista de su boca.