Cuán frágil quiero como un pañuelo
mi ser el escuchar el son que en movimiento
mi sueño deja. Con una sábana blanca vuelo,
y vuelo estando quieto en el firmamento.
¡Ah! ¡Maravilloso sueño que me llevo al cielo
desnudo como azul pájaro que sujeta el viento
y que yo atado a él, no quiera pisar el suelo
ni hoy ni mañana para no romper mi espejo sediento!
No quiero despertar ni morir ni nada parecido,
es mi deseo desde el propio mar cálido,
besar eternidad los labios del adagietto mágico.
Eres...agua. Sol y luna...una luz anhelada.
A ti voy para abrazarte sudando la almohada:
¡¡Mi Dios, que este sueño no caiga en el olvido!!.
NACHO REY