Un cometa pasa raudo, imperturbable
por ese camino cierto y predecible
dejando tras de si un rastro
al viento de la estrella
cada tanto pasa, repitiendo el futuro.
Tus ojos, evitaron los míos
ocultando el futuro inevitable
que fugaba de tu boca
en palabras que no escuché
y aún no comprendo.
Ahora, en ese cielo veo
al cometa, lejano pasar
como fue entonces
dejando su huella
tras el camino predecible y fugaz.