A vista de gaviota
Con sueños de marinero
contemplando mi ciudad
volando voy por el cielo;
un litoral con sus playas
donde la besan las olas
que le llegan de la mar,
bañando todo su suelo.
Entre su verde llanura
hay un parque natural
cubierto de luengos caños
a donde se da la sal,
que nacieron con los años
bañada de blanca plata
que son espejos del mar.
Hay una muralla vieja
clavada sobre la arena
rajada por la mitad que,
las olas que allí rompen
no la pudieron tirar;
solo lograron romperla
con las fuerzas de la mar.
Hay un río dividiendo
en dos partes mi ciudad
como los vientos que llegan;
unos traídos del mar,
otros traídos de Oriente
en forma de vendaval,
que casi arrastra a la gente.
Hay una pequeña playa
rodeada de pináres;
donde sale una atalaya
vigilante de los mares
entre las dunas de arena,
donde de niño yo iba
que me llevaba mi madre.
Tiene, cien palacios mi ciudad,
con sus escudos de armas
en la puerta principal;
algunos yacen en ruina
sin quererlos derribar,
porque dicen que allí duermen
historias que dio la mar.
Resalta su costa oeste
contemplándose la mar,
y sobre ella veleros
entre olas navegar…
con blancas velas al viento
sembrando de sentimientos
las playas de mi ciudad.
Menesteo