No sólo de frutos vive el hombre
no sólo de frutos vive,
necesita también de otras vitales sustancias
necesita alimentarse tanto de las olas
como necesita nutrirse de las noches,
haber sonreído en la tristeza
como haber llorado en la alegría.
Necesita incorporarle a su existencia
tantos otoños ocres, como primaveras florecidas
tantos veranos sonrientes, como tantos duros inviernos,
necesita la abundancia de la palabra amiga
como necesita la abstinencia del consejo.
Necesita el hombre amar, y necesita el hombre ser amado,
necesita el hombre odiar y necesita ser odiado
porque en este último ejercicio incomprendido
surge el beneficio del perdonar
y del ser perdonado.
No sólo de frutos vive el hombre
no sólo de frutos vive,
necesita disfrutar de las sonrisas de otros
como necesita conmoverse ante el llanto ajeno,
necesita haber conocido la riqueza
como necesita detenerse
al ver a un niño descalzo.
Necesita mirarse en el espejo
y necesita no sentirse observado,
creerse un Dios Griego necesita
como necesita creerse una simple gaviota,
necesita la bondad del conocimiento
como necesita saberse un ignorante,
necesita tanto las sonrisas de las lunas
como necesito yo el brillo de tus ojos.
Sin embargo esta noche,
sólo necesito dos simples cosas:
“necesito quererte simplemente,
y simplemente que me quieras”.
Valentino Malatesta