Denise Arredondo

El café de la esquina

He observado el reloj, tu presencia lleva diez minutos de demora.
Mi café se enfría, tu café se enfría, ni yo puedo beberlo.
Volví a marcar tu número, pero nadie hablo, ni el contestador me dio respuesta alguna detrás de aquella llamada.
El eco del silencio era lo único presente, y como era de esperarse, tu ausencia se transformó en mi compañía.
    Pague por tu café
    Pague por mi café
El señor de aquel bar transformó el rumor de que yo estaba loca y que servía cafés para alguien invisible.
Está vez juraste que llegarías, pero nadie demora dos días, tantas horas y diez minutos.
Siempre fui tu \"después\"
Y tu siempre mi \"ahora\"
Las pilas del reloj se acaban, y en el bar de la esquina el café se termina.
Quisiera que tu presencia,sea más existente que tu ausencia. Y quisiera que este viento se lleve con el, las olas de inviernos infinitos.