Hambre de letras

Media vida


Perder al ser más amado, no se compara con nada, ni con la más cruel de las torturas, ni con el mas agresivo castigo, ni la más larga condena, es un momento de la vida que no pasa de ser percibido, siempre deja secuela, algún estigma, alguna astilla, alguna cicatriz, o en el peor de los casos una herida que jamas se cura, por mas tiempo que pase y pase, seguirá doliendo y sangrando de igual manera, hasta te puede arruinar la vida, dar un giro de 180 grados y dejarte en el mismísimo limbo o desierto u océano, nunca en un lugar sin salida, pero, solo los mas fuertes y valientes se salvan, porque, el sufrimiento es casi inaguantable, este lugar es donde, para digerir, el plato suave es la agonía, el plato fuerte es el rencor y el plato principal es el recuerdo, donde las noches son mucho mas que frías, son grises, son secas y vacías, huecas y sin sentido, donde no nos suicidamos por 2 motivos, temor y esperanza, un temor real a que del otro lado no haya nada y no poder buscar a esa persona y por una tonta esperanza de que tal vez, algún día esa persona regrese a esta vida.
Llevo años nadando océanos, caminando desiertos, vagando el limbo, enfrentando los demonios y bestias mas temibles que nunca me pude imaginar, presenciando una lucha entre mi lógica y mi locura, intentando no perderme ni desviarme del camino, ya que me costo demasiado recuperar el rumbo después de haberlo perdido tantas veces.
No quiero rendirme, no quiero ser de esos que solo tiene cosas negativas que decir, no quiero sentirme así por el resto de tiempo que me queda, no quiero vivir en un mundo en donde lo único que veo son momentos y lugares en donde ella podría haber estado conmigo, no quiero seguir viviendo de un recuerdo, no quiero olvidar, no quiero dejarla ir, no quiero que me deje ir, sin ella no existo, no pienso, no veo, no escucho, no escribo, sin ella, sin su escaso recuerdo que me alimenta día a día, no soy nada.
Viviré la vida que me toco, como guía la estrella mas brillante del cielo nocturno, siguiendo un camino que desaparece en el horizonte, enfrentando lo que sea, tratando de darle un mejor rumbo, con una sonrisa, intentando amar y ser feliz, sin preocuparme demasiado, sin querer lastimar a nadie, sin atarme a nada, aunque siempre, en lo único que voy a estar pensando, es en cuando llegara el día en que todo esto termine y tal vez, pueda volver a verte y así descargar toda esta tristeza que cargo dentro y así poder despojarme y llorar de felicidad y abrazarte tan fuerte como pueda para compensar por todo el tiempo que no estuvimos juntos,