Mujer hermosa,
manjar
que todos querían robar.
Mundo nuevo vestido de amor
que fue tejiéndose con dolor.
Tu consciencia
fue dejando en el camino
tu rencor.
Las obras del cuerpo
perdieron su importancia;
el paraíso terrenal
era para muy pocos.
El silencio
aligeró tus cargas;
lo rompiste pocas veces
para dejar brotar tu verdad.
Una vida
llena de conflictos, tribulaciones, injusticias...
lavada con tu profundo amor.
Esfuerzo permanente por vivir,
pasión y placer por existir.
Sabiduría sin academia,
maestría personal
que te dio la vida
y fortaleció tu espíritu;
camino seguro
de vuelta a la presencia del Creador.
Tu carne busco el mundo,
tu espíritu
siempre buscó a Dios.
La gente te miró
con los lentes de sus creencias.
Tú
me criaste con las tuyas,
con tu irreverencia.
Te amo,
volvería a escogerte como mi MADRE.