Aquí estoy, despierto.
Sobreviví, a mi dolor.
Sobreviví, a mi ahogo.
Sobrevivo, a mí mismo.
Mis piernas tiemblan,
amenazan con romperse.
Sobrevivo, al tiempo,
que amenaza con acabarse.
Sobreviví, a mi lamento.
Sobreviví, a mi suicidio.
Sobrevivo, ante la desesperanza,
donde encontré mi esperanza.
Sobrevivo, a la nada, al vacío.
Sobreviví, a la muerte.
Sobrevivo a su llamada.
Y aquí sigo, soñando despierto.