Niña: Te ofrezco una fiesta,
una fiesta sin igual
para celebrar con gusto
que cumples un año más.
¿Quieres música de viento?
Diciembre es un huracán
que nos trae de todas partes
la sinfonía universal.
Las campanillas del campo
repicarán al compás
de cada día de existencia
y cada año, un tulipán.
Un arroyo tarareando
por la calle pasará,
marcando pasos de baile
a las piedras del lugar.
¿Te provoca una trompeta?
Un pájaro entonará
una nota sostenida
digna del más puro jazz.
¿Que toquen un vallenato
con música de acordeón?
Mira a una ardilla jugando
con oruga tornasol.
Va la cumbia de las cañas
en las riberas del río,
cuando encienden los luceros
la paja de los bohios.
¿Damos un paso hacia el Norte
buscando música rock?
Busquemos a un mono entonces,
eso si, un mono aullador.
Descanso: Música suave
o música del recuerdo.
Allá vá una golondrina
llevando gotas de ajenjo.
Y cuando acabe la fiesta
no tendrás tristeza alguna.
Cada día será tu fiesta
¡Oh niña! ¡Qué gran fortuna!