Quien entrega cariño a quien no quiere
en su loca pasión desesperada;
un tanto irracional y no pensada
porque su amor en vez de curar hiere.
Cuando cada caricia mutua duele,
no sabe comprender cada mirada,
porque ciego de amor ve la fachada
aunque su corazón no se consuele.
No quiere terminar su noche larga
entregando placer y dolorido
su fuente es dulce, mas su espada amarga.
.
Brota del pecho ahora su gemido,
resignado a la suerte que lo embarga
porque soñó querer y ser querido.
Claudio Batisti