alejandra123

Presente Suspirado

No lo niegues, mi niña

ya no eres la misma

y no hay brillo en tus ojos

y respiras sin calma

es cierto, disimulas

nadie sabe qué pasa

pero pesa la vida 

y se encorva tu espalda.

Ojos negros, de fuego

que al mirar, consumían

ya se ha muerto ese fuego

quedan sólo cenizas.

Y te duele la vida

de tal forma,

que si miras, no miras

sólo ves el reflejo 

de mirada perdida.

Y has perdido la risa

la sonrisa, el contento,

no conoces tu rostro

y tu voz se desmaya

y no emite sonido.

Sales poco de casa;

el afuera reviste

sólo melancolía.

Ya no está tu hombre amado

¿De qué vale la vida?


A.E.C