La noche quedó atrás,
un nuevo día se asoma en tu horizonte de ventura.
en lo que fuera llanto, hoy es alegría,
en lo que fue rencor, hoy hay ternura.
Ya eres otro.
Bajo el conjuro de la palabra “Amor” te has superado.
Todo es más noble en ti.
Todo es más puro,
porque todo de amor se te ha llenado.
¡Amar y solo amar!
Esa es la clave que mueve al universo,
a la vida,
Lo duro de la senda es más suave si tú puedes decir:
“Ama y olvida”.
Amar a Dios, a ti, al mundo entero.
A los que tú conoces, al extraño,
al rico, al poderoso, al pordiosero,
al que te da paz o te hace daño.
¡Tú ya eres otro!
porque has podido arrancar la cadena que te ataba
a tu eterno “Imposible”,
y has sabido trasponer el dolor que te agobiaba.
Llena tu mente de las cosas buenas,
de las cosas positivas que construyen
y deja en el ayer todas tus penas,
las negaciones que todo lo destruyen.
Tu hogar será la dicha,
y en los tuyos hallarás el “Por qué” de tu camino.
Y todo para ti será orgullo,
y tus hijos tendrán otro destino.
Y tú que eres soltera,
buscarás, no al hombre que halague tus sentidos,
sino al alma que te comprenda más,
porque el alma hace el hombre y no el vestido.
La noche quedó atrás.
Un nuevo día se anuncia en el dintel de tu ventana.
Ya no dejes que escape tu alegría
ni que vuelva el ocaso a tu mañana.
Ya no vivas de ayeres, de los lamentos.
Ya no suene tu nota discordante.
Piensa siempre en todos tus momentos,
¡Que la vida comienza a cada instante!
Víctor Manuel Otero.