Antonia Ceada Acevedo

SEGURIDAD SOCIAL

 

 

Llegara la NEGRA SEGURIDAD SOCIAL
A caballo,para acoger en su oscuridad
A cada miembro de la burguesía
Como al resto de los celuloides.
Y todo será nada
Y nada será todo.
Quedara solo el redondel
Y los recuerdos plantados en el cerebro
De aquel que no olvido una mirada,
De los conocidos y desconocidos,
De los que te amaron y no te amaron.
Recuerdos que verán la luz
Entre el cotilleo de los reunidos:
-que pena tan joven.
-fumaba mucho.
-que bueno/a era...

¡ignorantes!

Seas como seas,
A ti, también te acogerá obligatoriamente.
Cierto es que esta realidad
Se disfraza de comediante
O se guarda
En el cajón de los trastos viejos
Para cuando se necesita, llorarla.

Nos llevamos nada
Porque nada nos hará falta.
Antes de aparecer
LA NEGRA SEGURIDAD
Estamos en guerra constante
Con nosotros,con ellos y con vosotros.
Todos,en las batallas luchando
Por un credo
Y nos vamos obesos
A causa de lo cotidiano.

Que poco nos paramos a pensar
En las riadas de colores,que tienen nombre,
Que provocan a nuestros ojos excitación.
En el ruido del tiempo contra el tiempo
O en el sabor de la sal con la azúcar
O en las caricias al desnudo del viento.

Tu,el,yo irracionales frente al espejo
Jugamos a vivir
Porque tenemos aire en los pulmones,
Aunque la polución sea eterna
Y los descendientes descansen frente a la tele o el ordenador
Sin hacer inteligible al circulo,
Nosotros los acogidos ,sembraremos soluciones,
Teorías, palabras desordenadas,pensamientos desparramados
Para que tu obtenga el descanso.
Nosotros dejaremos
Lo que ustedes no querrán para nada.
Quedara al descubierto Frente a la negra seguridad
Y esta espiral
Se interpretara como CALIDAD DE VIDA.

Ignorantes todos somos.

Llegara el ristuc del lamentado
Conformando al alma golpe a golpe,
Y ese conjunto de piezas duras y resistentes
Dejara de proteger las partes blandas
Y chorreara la corteza
Ascendiendo a ella.
A la orbe por la que luchamos y perdimos.
Nos absorve,nos bebe
Para apagar la sed de otra célula.

Inerte frente a todos
Sin probar ,en el festejo,el sabor de las lagrimas ajenas,
Sin escuchar el gemido del dolor de aquellos
Que acudieron por amor,desamor o compromiso.
Sin sentir la tristeza penetrando en el corazón.

Llegara

Por eso Antonia ceada acevedo