¿Una razón para vivir
sin tu haberlo pedido
si ignora si fuiste querido
si para un segundo de
gozo tienes un siglo de sufrir?
Tuviste siempre un
hueco en el corazón
que solo traspasó el aire
que solo conoció el
frío desaire
de la indiferencia
y la sinrazón.
Vivir es jugar
una única partida
un último embíte.
Vivir es hurgar
en lo hondo de la herida
jugando con la muerte
al escondite.