TRAVESIA DEL PEZ
Para Alberto Sicilia.
Apenas soy un pez y duele;
si quiero agua todo es oscuro.
Espumas de acero perforan mis desanclajes.
Vientos infalibles me brindan alas.
El mar, cuyo gemido acunaba peces sonoros,
esos peces hendidos en lo profundo
de enervantes modorras:
lívido, devorador en anclas de nácar;
como alucinación dispersa, prende de una nube.
Y casi pez, casi tierra ultramarina;
bamboleo de pez bajo la llovizna,
como una mujer.