Solo escucho esa melodía del silencio
con el susurro de una caricia solitaria
mientras se marchitan las palabras
y se deshojan los pétalos de mi alma.
Observo mi reflejo en el espejo; veo
una cara surcada de líneas de tristeza
tratando de elaborar una sonrisa clara
pero solo resalta el brillo de las lágrimas.
Lágrimas que no se derramaron
pero, ahogaron sentimientos y emociones,
apagaron gritos y disiparon agonías
quedando guardadas en el alma.
Solo fueron gotas de sufrimiento
que amontonaron desilusiones
dentro de este cuerpo pequeño
que de guardar tanto se sofoca.
El reloj del tiempo, ya dice basta...
comprendo y acepto, llevamos pesada carga
¡Qué termine la miseria cosechada...
y llegue el ansiado descanso...! pero viene la nada...