Pablo R.

ERES...

 

Eres el sol naciente que iluminó un día

la oscura y fría noche de mis años,

la tibia y suave brisa de abril

que acarició mi otoño adusto y cansado.

Eres la tentación del fruto prohibido, el pecado,

penitencia y absolución, confesión en mi santuario,

la dicha y el lamento, mi más dulce y cruel tormento.

Eres fantasma del lejano pasado

que se cruzó en mi presente

cuando más me encontraba ausente

transcurriendo sin más vida

que una piedra en el desierto

reseco por dentro, resquebrajado.

Eres frío en el verano, calor en los inviernos

eres cielo, eres infierno, al que he sido condenado,

entre ángeles y demonios, beatos y atormentados.

Eres paz y eres guerra, eres revuelo y calma,

amor y odio, compañía y desolación,

eres la vida que corrió en mis venas

y la muerte que se instaló en mi alma.

 

-. Par

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04092018