Todas las personas cargan con un poder,
aunque muchas no lo sepan.
Es un poder,
pero no es de esos
poderes que uno puede ejercer sobra otras personas.
No, no, es otra clase de poder;
es uno
que puede cambiar el día más feliz y dichoso de la vida,
en el día más trágico y fatídico.
Una mañana puedes estar agradecido
de estar vivo y poder gozar de la primavera
y por la tarde,
puedes estar a un paso de quitarse la vida por los otoños crueles.
Así de estupendo es el poder del recuerdo.
La idea es que siempre nos nutramos
de bellos recuerdos.
De pequeñas cosas cotidianas
de pequeños aromas
que aprendamos amar el camino
que recorremos a diario
para obrar en paz y con amor.
La idea es amar las cosas mundanas
para así en las noches ya no hayan reproches.