Hugo Emilio Ocanto

Aunque fuesen dos minutos... ///TEMA SEMANAL DEL CUARTEL ///

Mamá, papá.

Ustedes me han otorgado la vida.

Y a mi edad, aún estoy agradeciéndoles.

He sido el cuarto fruto de vuestro amor.

Ustedes eran muy adolescentes cuando se conocieron.

Tú, mamá, contabas con trece años,

y tú, papá, con dieciseis.

Mi padre ha sido tu primer y único amor en tu vida sentimental.

Veinte años tenías cuando contrajiste matrimonio.

Papá veintitres.

Siempre los recuerdo.

Toda la vida han existido en mi corazón.

En los malos y en los buenos momentos de mi vida.

Fueron ustedes padres dedicados a la felicidad de vuestros hijos.

Se casaron el día 7 de Agosto de 1926.

A los siete años de casados,

nació el primero de sus 5 hijos.

Mamá muchas veces nos ha contado

que cuando comenzó a conocer a papá,

él todas las tardes pasaba silbando por tu casa,

como para darte una \"señal\" para que tú salieras a verlo.

Y que tu padre, nuestro abuelo,

preguntaba en voz alta que quién sería

esa persona que todas las tardes pasaba silbando...

Y que tú te ponías del color del tomate en tu rostro.

Hemos compartido momentos de felicidad constante,

a pesar de ser una familia humilde.

Siete éramos en la mesa familiar.

Siete seres que antes de comenzar el almuerzo

y la cena, nos tomábamos de las manos,

agradeciendo al Señor el pan de cada día.

Muchos sucesos en la vida de cada uno.

Una familia argentina más, la cual agradecía

lo que la vida nos otorgaba.

Eran otros tiempos.

Los de ahora, son tan distintos...

Así es ella, la vida...

Daría la mía por tenerlos a ustedes,

mamá, papá, aunque fuesen dos minutos... nuevamente.

 

COMANDANTE DEL ESCENARIO

05/09/2018