Un amor que se vive eterno es aquel cómplice de la distancia aun paso de la soledad, un beso que despertó la ausencia y oculta la realidad posible, el tiempo interminable es la medida para matar a corazonadas fantasiosas que apuestan el paseo y la tertulia que se invita al sueño, la palabra más dolorosa peligra, el amor se despide a cambio de nada dejando el todo sin su presencia. Un sueño que sufrió la agonía y tuvo la desdicha de despertar… soñemos para no amarnos.